Regreso a Howards End

(jueves, 8 de abril de 2010)







Corría el año 1992 cuando el gran director británico James Ivory realizó una de sus obras maestras, "Regreso a Howards End", a la que pertenecen las imágenes de la parte superior de la entrada.

Una de las varias historias entrecruzadas que se cuentan trata de cómo un consejo dado alegremente por el prepotente y acaudalado personaje al que da vida Anthony Hopkins al novio de su futura cuñada, un tímido e inseguro ser que intenta prosperar en el Londres de finales del Siglo XIX, lleva a éste a la ruina y posteriormente al suicidio, sin que Anthony Hopkins llegue a sentirse culpable por ello, pues le considera un ser inferior.

Viene ésto a cuento de la sensación de prepotencia y desprecio hacia los ciudadanos de a pie que transmiten los políticos que nos ha tocado sufrir en la España actual, y que, no contentos con habernos esquilmado todo lo que pudieron y más, se atreven a sentirse ofendidos porque el pueblo español no les da la presunción de inocencia en los innumerables escándalos de corrupción que hay abiertos.

Es el problema de los políticos de laboratorio, que empiezan a hacer carrera en el Partido a los 18 años y ya no salen del enfermizo ambiente de la política profesional.

Porque España evolucione y nos alejemos del fantasma de la italianización.

Un abrazo muy cabreado y nos leemos.


Posted in Etiquetas: , , Publicado por lisufelligus en 20:13  

8 Comentarios:

  1. Anónimo Says:

    "Es el problema de los políticos de laboratorio, que empiezan a hacer carrera en el Partido a los 18 años y ya no salen del enfermizo ambiente de la política profesional".
    Y por desgracia España esta llena

  2. celiam Says:

    Una película preciosa. Anthony Hopkins ve el mundo desde la posición del que ha tenido mucha suerte en la vida pero cree que todo lo que tiene se lo debe a si mismo, de esa manera piensa que el fracasa no es por mala suerte, sino porque es un inútil.
    Los políticos españoles son todavía peores, creen que los ciudadanos somos unos borregos a los que se nos engaña con una caña.
    Saludos

  3. lisufelligus Says:

    Hola, Anónimo 8 de abril de 2010 13:19:
    Pues sí, no hemos tenido suerte con los políticos en España.
    Un abrazo y nos leemos.

  4. lisufelligus Says:

    Hola, celiam:
    Lo de nuestros políticos no tiene nombre.
    Ayer leías cualquier periódico y se te caía el alma a los pies, que si el caso Gürthel, que si lo de Garzón...
    Menos mal que subió la bolsa porque parece que, después de varios meses, los políticos europeos han decidido hacer:
    -lo que debieron hacer hace meses, echarle una mano a Grecia.
    -Lo que debieron hacer hace años, restringir la futura entrada de los países al euro, para luego no tener que lamentarse ni echar la culpa a nadie.
    Un abrazo y nos leemos.

  5. Anónimo Says:

    El colmo es que te multen en los túneles de la carretera de Extremadura por ir a 74 km por hora para llevarse luego ellos el dinero a las Islas Caimán. Vaya una panda de indeseables.
    Un saludo

  6. bruno Says:

    Hola, Lisu.
    Vaya chusma el Matas, los Gurtel y la madre que los parió a todos/as. Casi prefiero al Berlusconi, que es igual de corrupto pero por lo menos gobierna, aunque sea mal.
    Estos sinvergüuenzas ni siquiere se pasan por el Congreso. Con llevárselo calentito no les queda tiempo para otra cosa.
    Saludos

  7. lisufelligus Says:

    Hola, Anónimo 10 de abril de 2010 01:17:
    Y además la gente les sigue votando igual, por eso hacen lo que hacen. Si preguntas a alguien que por qué votan a un corrupto te dirán que todos son iguales.
    Hay un 70% de gente que vota como el que vota a un equipo de fútbol.
    Un abrazo y nos leemos.

  8. lisufelligus Says:

    Hola, Bruno:
    Es lo que se llama la italianización de la política Española.
    La gente un poco más mayor que yo consiguió alejarnos del modelo argentino metiéndonos en Europa.
    Ahora los de nuestra generación deberíamos alejar a España del modelo italiano y acercarla al francés o al alemán.
    Un abrazo y nos leemos.